Para sostener el modelo económico que ha dado lugar a un mayor enriquecimiento de grandes grupos de poder y que ha beneficiado empresas internacionales, no sólo que subasta los bienes y recursos que pertenecen a todos los ecuatorianos, si no que acentúa un modelo extractivista que provoca como nunca antes la destrucción de la naturaleza.
En todas partes de Ecuador, grandes empresas mineras, agroindustriales, acuacultoras, petroleras, urbanísticas y turísticas están desalojando a decenas de miles de campesinos y pobladores de sus tierras ancestrales. El gobierno está concesionando grandes extensiones para las actividades mineras y petroleras; se amplían los monocultivos y camaroneras destruyendo bosques, manglares, y contaminando los suelos y los ríos. Ya casi no hay comunas en la costa y en la amazonía que no estén intervenidas por megaproyectos que se apropian del suelo, del agua, afectando gravemente a sus medios de vida, desalojando a las familias e imponiendo el miedo en esos territorios, e incluso cometiendo asesinatos como es el caso de campesinos opuestos a la minería y de pescadores artesanales por parte de empresas camaroneras.
Esta arremetida contra los derechos de comunidades por la imposición de un modelo devastador y consumista, va ligada al creciente autoritarismo y criminalización de la protesta social, y también a una creciente corrupción ya denunciado en muchas de las obras públicas como carreteras, hidroeléctricas, refinerías.
El incumplimiento de la Ley y la inacción del Ministerio del Ambiente son alarmantes y han creado condiciones para la indefensión a las poblaciones y dado paso a la destrucción de la naturaleza. Se han concedido licencias ambientales abiertamente contrarias a lo que la Constitución y la Ley determinan. Denunciamos la intención de funcionarios públicos de desalojar a los campesinos y pobladores ancestrales de sus tierras en beneficio de megaproyectos.
Apoyamos y reconocemos el valor de las comunidades que resisten en defensa de sus territorios, como son los casos emblemáticos contra la minería y la explotación petrolera, como son los casos de los pobladores de Intag, Noroocidente, Quimsacocha, Sarayacu, Tundaymi, Yasuní, y muchas otras comuniades.
Ante esta situación, la Coordinadora por la Defensa del Naturaleza, CEDENMA, manifiesta su rechazo a este modelo destructivo, extractivista y consumista. Es necesario salir de este modelo que está destruyendo lo más preciado del país: su naturaleza y su diversidad cultural. Exigimos a los candidatos presidenciales a exponer sus ideas al conjunto de la sociedad sobre cómo salir del extractivismo hacia una sociedad de equidad económica, democrática, donde exista una justicia independiente, favorezca la interculturalidad y que respete a la naturaleza.
CEDENMA llama a todos los ciudadanos urbanos y rurales a respaldar a las comunidades en resistencia y a proponer ideas y acciones para salir de este modelo destructivo. Somos parte de las luchas de los movimientos sociales contra el autoritarismo y en defensa de los derechos de los pueblos y de la naturaleza.
Quito, 17 de marzo del 2016