[quote]La Coordinadora Nacional de Defensa de la Naturaleza y el Ambiente, CEDENMA, se pronuncia por el diálogo sin exclusiones, que incorpore el debate sobre la necesidad del cambio de modelo económico expoliador de la naturaleza basado en el extractivismo, la vigencia plena de la Constitución y por el archivo de las enmiendas constitucionales o en su defecto, por el pronunciamiento ciudadano en las urnas sobre las reformas constitucionales.[/quote]
El país vive momentos difíciles. La crisis se ha profundizado en los últimos tiempos y sus facetas económica, social y política son más acusadas. La baja del precio mundial del petróleo y la apreciación del dólar, son agravantes de la situación económica, a lo se suman factores de riesgo natural como la erupción volcánica del Cotopaxi y el fenómeno climático de El Niño. Pero lo más grave es la crisis de valores, que se manifiesta a nivel psicosocial y en la esfera política. El doble discurso, la manipulación informativa y la corrupción, el arribismo y el consumismo exacerbado, son hechos corrientes hoy en día que pretenden carta de naturalización. La conducción política nos ha llevado a un complicado escenario, en el cual se producen situaciones como el excesivo presidencialismo, el copamiento del poder del Estado en todas las funciones por una sola tendencia política, el control de las organizaciones de la sociedad civil, el recorte de libertades, la criminalización de la protesta social, la vulneración permanente de la Constitución y un pretendido propósito de perennizar este estado de cosas a través de las mal llamadas enmiendas constitucionales que buscan la re-elección indefinida.
Actuar desde hechos consumados a nombre de la modernización y del cambio de matriz productiva, sin efectuar análisis adecuados de proyectos para salir del extractivismo, sólo provocarán más daños sociales y ambientales irreparables (Yasuní, Refinería del Pacífico, minería a gran escala, intento de permitir cultivos transgénicos, etc). Tal manera de manejar la política y la economía ha suscitado la reacción y el rechazo de importantes actores y sectores sociales y cada vez de mayor número de ciudadanos.
Ante la movilización ciudadana, y como una forma de allanar el camino a las supuestas enmiendas, el gobierno ha llamado al diálogo de forma condicionada, y viene realizando centenares de reuniones con grupos ciudadanos, como una forma de legitimar el ansiado plan de aprobación de las enmiendas por parte de la Asamblea Nacional. Por su parte la Coordinadora Nacional de Defensa de la Naturaleza y el Ambiente, CEDENMA, se ha pronunciado por el diálogo sin exclusiones, que incorpore el debate sobre la necesidad del cambio de modelo económico expoliador de la naturaleza basado en el extractivismo, la vigencia plena de la Constitución y por el archivo de las enmiendas constitucionales o en su defecto, por el pronunciamiento ciudadano en las urnas sobre las reformas constitucionales.
CEDENMA señala que el diálogo no puede convertirse en una simulación en el que aparentemente se recogen las propuestas ciudadanas, pero no se las procesa o se lo hace en mínima medida, en tanto no desdibujen los proyectos políticos del convocante. Menos puede llamarse diálogo nacional cuando se han excluído exprofesamente a todas las fuerzas sociales que buscan otras salidas a la crisis y un cambio del modelo político-económico. Un verdadero diálogo, no de sordos, debe darse entre “todas las voces todas” que hacen el Ecuador vivo y profundo.