Se alienta a implementar medidas urgentes para asegurar la conservación de la especie ya que es preocupante la tendencia poblacional decreciente de este delfín costero del golfo de Guayaquil.
Aunque es una especie de amplia distribución, en ningún lugar es abundante. Lo que hace tan vulnerable a la especie es la baja tasa de reproducción debido a una madurez sexual tardía (alrededor de 10 años para alcanzar la edad de reproducción en ambos sexos) y por el extendido período de crianza (entre tres y cuatro años). Aún si se pudieran eliminar en este momento todas las fuentes de amenaza, su recuperación demoraría décadas. Actualmente quedan unos 300 bufeos costeros en el estuario interior del golfo de Guayaquil y de los bufeos costeros del mundo, en Ecuador tienen la tasa de cicatrices más alta entre las población de delfines costeros en el mundo.
Fernando Félix, investigador de mamíferos marinos con 30 años de experiencia, indica que no hay medidas de mitigación para proteger este hábitat único. “La destrucción del hábitat por dragado y rellenos, el ruido de la operación de los barcos, el derrame de aguas de centina, potenciales especies invasoras patógenas que llegan en aguas de lastre y el casco de los buques, y la contaminación generada por todas las operaciones marítimas y portuarias serán desastrosas para los delfines”.
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